domingo, 19 de abril de 2009

Rodeados


Comienza a ponerse en pie, trabajosamente, sin dejar de gritar. Maldito mendigo, por poco me da un infarto. Continua sin callarse. "¡¡Asquerosos ladrones, os voy a volver del revés!!" Instintivamente, los tres comenzamos a retroceder lentamente, las armas preparadas para defendernos con rapidez, mientras el hombre se tambalea en dirección a nosotros con el rostro contraído y las manos levantadas en un gesto amenazador. Sin la barra de metal, no supone una gran amenaza... Me preocupa más que sus gritos llamen la atención de compañía indeseable. Empiezo a hacer gestos para que se calle, Sam e Isaac me imitan rápidamente, dándose cuenta del peligro en el que nos está poniendo, pero el hombre no parece darse cuenta, sigue desgañitándose y agitando los brazos violentamente. Damos unos pasos atrás, lentamente, y una visión bastante perturbadora entra en mi campo de visión. Es uno de los cadáveres. Se mueve.

Parecía acabar de despertar, incómoda, de un sueño poco reparador. La niña reptó, moviéndose sobrenaturalmente y de forma tan rápida, que la estupefacción del momento nos impidió reaccionar a tiempo de avisar al viejo mendigo hasta que se le echó encima. El hombre pareció caer a cámara lenta de rodillas contra el suelo, estupefacto, condenado. Con la criatura enganchada al cuello y la sangre, burbujeante y espesa, se derramaba desde el cuello tiñendo todo a su paso. "¡¡Condenada niña!!" vociferó Sam que, como un resorte, nos despertó de la macabra situación. "¡Larguémonos antes de que se le ocurra levantarse a la madre!" sin dudarlo un segundo más, salimos a toda prisa dejando a la niña distraida con su víctima, si los gritos atraían a los condenados, no tendriamos mucho tiempo, así que giramos la esquina del supermercado para seguir rumbo al norte, cuando nos topamos de frente con una horda...

Estamos perdidos. La horda de muertos nos rodea y el interior del supermercado es una trampa mortal. Levantamos las armas de manera instintiva, pero no creo que sirvan de nada. Hay docenas de ellos y nosotros somos tres... Busco con la mirada alguna vía de escape, podríamos correr, parecen bastante lentos, pero nos han rodeado de verdad. No sé si lo que los ha atraído aquí son los gritos del mendigo o el olor de la carne humana, aunque poco importa eso ya. Está bien, voy a morir, pero me voy a llevar por delante a una buena cantidad de asquerosos despojos... Antes de terminar con ese pensamiento, oigo una explosión. La onda expansiva me lanza al suelo, a varios metros de donde estaba, y caigo entre los escombros. Ahora sólo puedo oir un pitido, mientras trato de incorporarme y miro a mi alrededor, confusa. Isaac y Sam están también en el suelo, a pocos metros de mi. Hay sangre y despojos por todas partes. ¿Qué ha pasado?

Vi caer tres piedras desde la derecha justo antes de la explosión, pero claro, las piedras no explotan... algo entumecido y manchado de restos de cadáveres, me incorporo ligeramente y observo a los "supervivientes" arrastrarse sin piernas hacia nosotros, algunos están enteros y caminan normalmente, cuando otro estruendo ensordece mi oído. Una ametralladora, alguien los está matando, miro hacia arriba, un militar solitario nos ha salvado.

1 comentario:

  1. He vueeeeeeltoo XDD

    Eso. O.o No me había pasado por aqui antes, y en cuanto entré esperaba algun que otro post nuevo O.o Me sorprende que solo haya uno, pero en fín, que se le puede hacer.

    Yo si fuera ellos estaría acojonadita, la verdad :S El pensamiento de intentar matar los máximos posibles antes de caer me parece super.. super... humano? XD Creo que esa es la palabra

    Me seguiré pasando periódicamente, si señor!!


    Un beso con zombi-babas a todos! ^^

    ResponderEliminar