jueves, 2 de abril de 2009

Recuerdos

Me despierto de madrugada, sin entender demasiado bien por qué me duele todo el cuerpo. Entonces recuerdo que he estado durmiendo en el suelo, sin más abrigo que la ropa que llevo y la bata del hospital, que ha acabado ensangrentada y llena de polvo tras la huida. Recuerdo también lo que ocurrió antes, la declaración de la cuarentena, la revuelta, urgencias colapsado, los cadáveres... Siento un fuerte dolor en el pecho que no tiene nada que ver con ningún golpe. No concibo cómo puede estar pasando esto, no me parece real... pero escucho claramente disparos lejanos, ladridos de algún perro, las respiraciones pausadas de los tres desconocidos con los que me he refugiado aquí...
Me acuerdo de mi vida. Del apartamento en el centro, de las guardias en el hospital, de los cafés con Emma y David, de las discusiones por quién tiene esta noche el mando de la tele, de estudiar hasta la madrugada, de esa estúpida manía de revisar el correo electrónico cada cinco minutos. De un montón de tonterías que quizá no vuelva a hacer, de una vida que ahora parece lejana, perdida para siempre. No creo que vuelva a ser la misma persona si vivo cuando esto acabe. Me acuerdo de mi familia a trescientos kilómetros de aquí, puede que cuando se enteren de todo esto haya muerto... Me recorre un escalofrío. Quizá para entonces me haya levantado de la muerte, puede que sea uno de esos despojos que recorren ahora mismo las calles. Le pediré a Isaac que me dispare si eso ocurre. No quiero ser un monstruo. Sólo quiero sobrevivir.

1 comentario:

  1. Me gusta esta escena. Pese a su brevedad -o quizás gracias a ella- es de lo más contundente (estoy un poco cansado de personajes que en medio de una apocalipsis zombi se adaptan como si llevaran toda la vida en ese entorno)

    ResponderEliminar