jueves, 23 de abril de 2009

Silencio

Está subido encima de una furgoneta que alguién dejó abandonada sobre la acera. Impasible, dispara una y otra vez en dirección a los pocos muertos que la explosión dejó en pie. Debió de lanzar una granada hacia ellos. Nunca pensé que agradecería a alguien que hiciese algo así. Empieza a gritar y a gesticular en dirección a nosotros, pero lo único que consigo oir desde la explosión es un molesto zumbido y las vibraciones amortiguadas con cada descarga de su ametralladora. Apenas nos ha dado tiempo de levantarnos del suelo cuando el militar baja de un salto de su privilegiada posición y llega junto a nosotros. Uno de los cadáveres se arrastra hacia él, tiene las piernas seccionadas a la altura de la rodilla. Sin mudar la expresión, le da una patada en la cabeza que hace saltar por los aires sangre, hueso y masa encefálica. Luego se da la vuelta en nuestra dirección y empieza a decir algo que no entiendo. Isaac y Sam han empezado a caminar tras él, así que los alcanzo y empezamos a correr. Nos conduce a través de una calle bastante amplia, sorteamos escombros y vehículos calcinados y enseguida abandonamos la vía principal para introducirnos en callejones estrechos. Me aterroriza pensar qué haríamos si nos viésemos rodeados en un lugar así, sin poder escapar, pero el militar parece saber lo que hace y ya nos ha salvado una vez. Sigo sin oir nada así que no me queda otra que seguirle, supongo. Empiezo a pensar que si hay un militar con nosotros que acaba de salvarnos la vida, es porque el ejército está aquí. Quizá hayan venido a buscar supervivientes y llevarlos a un lugar seguro, puede que hayan delimitado una zona de seguridad donde esos engendros no puedan entrar, o que estén evacuando la ciudad. Es posible que nos saquen de aquí, que nos lleven lejos de toda esta pesadilla... Se detiene. No me he dado cuenta y me he tropezado con Isaac, casi lo tiro al suelo. Me disculpo en voz demasiado alta ya que todavía no he recuperado la audición y miro a nuestro alrededor. Aquí no hay ningún camión para evacuar a los supervivientes, ni ninguna alambrada que delimite una zona de seguridad. Aquí no hay nadie más que nosotros. No hay ningún cadáver tampoco, por suerte. Decepcionada, me doy cuenta de que habrá que sobrevivir un poco más por nuestra cuenta. Está bien, ¿ahora qué? El militar está señalando hacia arriba. Hay una escalera de incendios a la que le falta el último tramo, de manera que los escalones quedan suspendidos a unos dos metros del suelo. Sam empuja un contenedor de basura debajo y sube encima lentamente. Está comprobando que aguanta su peso. Luego, ágilmente, demasiado incluso para un hombre de su tamaño, trepa por los peldaños inferiores y empieza a subir la escalera. Ahora me toca a mi. Aún con el contenedor soy demasiado baja para llegar a la escalera, pero Sam me ayuda desde arriba y me recibe a su lado con una sonrisa. Me contagia un poco de optimismo y se lo agradezco. Poco a poco, todos llegamos a la escalera y subimos hasta la parte más alta, la azotea de un edificio de viviendas de varias plantas. Tardamos un poco más de lo debido porque vamos cargados todavía con el botín del supermercado. La puerta que da a la escalera interior del edificio está cerrada y asegurada con tablones y otros objetos. No pueden entrar por ahí, al menos no fácilmente. Espero que tampoco sepan trepar. El militar se deja caer en el suelo y apoya la espalda en la pared. Se quita el casco con desgana y lo deja a un lado. Ahora puedo verle mejor la cara, tendrá unos treinta y cinco años, quizá un poco más, pero tiene unos ojos tan cansados que parecen mucho más viejos, como desentonando con el resto del rostro. Su uniforme tiene desgarros y manchas de sangre, las manos surcadas de pequeñas heridas. Se diría que viene del campo de batalla. Su expresión, por fin, deja de ser fría e impasible y se convierte en la del más profundo agotamiento. No parece tener demasiadas esperanzas de que un helicóptero venga de repente a buscarnos. Cansada, me siento en suelo cerca de él, el sol me da en la cara, es agradable. En otras circunstancias este sería un bonito día. Isaac se acerca al militar y empieza a hablar con él. Creo que le está preguntando algo, pero el zumbido de mis oídos, ahora ya menos intenso, hace que me resulte difícil entender lo que dicen. Cierro los ojos por un momento y disfruto de unos instantes antes de que el zumbido se desvanezca del todo y vuelva a escuchar otra vez los gemidos de los muertos.

6 comentarios:

  1. ¡Menudo refugio! Me encanta la historia, la acabo de descubrir, y no he podido evitar leérmela enterita.

    Sin duda los zombies son mi peor pesadilla, pero el morbo y el miedo me hace no poder pasar de ellos... Así que no abandonaré a nuestros supervivientes, cada día contarán con mi apoyo y visita, en espera de un ansiado nuevo paso en la aventura.

    Ánimos y fuerzas para superar el holocausto.

    Monglomorolo
    Otro superviviente.

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  2. Esto se está poniendo cada vez más interesante!! Y ahora hay "sangre fresca" en el grupo, je je! Estoy ansiosa por saber la historia del joven militar, de como ha sobrevivido hasta ahora, si se unirá a ellos o solo ha sido un "pasajero momentaneo"... Dejando a Sam de lado porque está casado, dos son pareja pero tres son multitud!!

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  3. Bienvenido al refugio, Monglomorolo. Me alegro mucho de que te haya gustado la historia, poco a poco iremos descubriendo qué les ocurre a nuestros supervivientes (me encanta que los hayas llamado así xD), confío en que sigas sus pasos y continues visitándonos!

    Gracias por los ánimos!! ^^

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  4. Que interesant que està la historia en estos moments! El personatge de Sam ha portat l'optimisme al grup i el jove militar, de moment, ganes de sobreviure i valentia, crec que els 4 poden formar un bon equip i podrien sobreviure, al menys uns quants dies més, pero si açò continua durant molt de temps... Sols els supervivents coneixeu la historia, de manera que espere la proxima entrada per a saber com continua

    Vanessa (K)

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  5. Sigue visitándonos, Anónimo, muy pronto conoceremos la historia de este salvador inesperado!

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  6. Si que està interessant si. M'agrada el to tan desesperant que esta adquirint la història, però encara m'agradaria més que les coses es ficarem més difícils, com per exemple, un possible contagi d'un dels protagonistes i, en conseqüència, una situació delicada per als altres (ja que perillen tots amb un infectat). Llevat d'açò, seguir animant-vos amb el blog, que cada dia està més interessant!!
    Per cert, espere que el contagi dels zombies no estiga relacionat amb la grip porcina, que amb tant de bombo i platillo de la malaltia ja em sembla que tot està lligat! jeje.
    Molta sort!
    miriamiues

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