lunes, 30 de marzo de 2009

Cuarentena: día uno


Respiro profundamente, miro a izquierda y derecha, y coloco el escudo antidisturbios en posición con mis compañeros. Hace tan sólo dos semanas que he sido destinado aquí y éste es mi primer disturbio.
Nadie sabe exactamente lo que ha ocurrido, tan sólo tenemos retales de información, se habla sobre un virus mortal que en tan sólo 6 días ha matado a cientos de personas en esta ciudad.
Es por eso que la gente quiere huir, y precisamente es la razón del cordón policial del que soy partícipe. La cuarentena es plena, la ciudad esta sitiada y mientras el ejército se prepara, nosotros contenemos a la masa.
Ahí vienen...como desatados por un miedo irracional, empujados por la fuerza que otorga el instinto de supervivencia los ciudadanos se amotinan y cargan contra nosotros, tan sólo puedo decir que les entiendo, quizá en su situación yo haría lo mismo. Pero es un sentimiento egoísta y peligroso para todo el país, si el desconocido virus se extiende sin control, las pérdidas serán aún mayores.
El sonido de una granizada de piedras contra los escudos ensordece el ambiente, varios minutos más tarde la turba se reagrupa dispuesta a pasar. Las órdenes son claras, "nadie puede salir de la ciudad bajo ningún concepto, usad la fuerza sin contemplaciones", duras órdenes para un novato que desconoce la ciudad.


La gente enloquece, he golpeado a cientos y siguen llegando más, incluso algunos de los amotinados ¡¡parecen locos!! tengo varias contusiones y me cuesta respirar, ese viejo loco con la tubería me ha roto alguna costilla, estoy seguro...han roto toda la formación, incluso he oído disparos desde las líneas de atrás, esto es una locura, no somos suficientes efectivos...¡¡por Dios!! si hasta he visto a un ciudadano morder a Sam ¡en el cuello!


Entre el murmullo consigo oír al Teniente Ross - Agente Martín, Isaac Martin!! retirada de efectivos, salga como pueda y avise a los compañeros que encuentre, el ejército ha tenido su tiempo, ellos cortarán la turba!!- asiento a la orden cuando siento un terrible dolor en mi cabeza, todo da vueltas, siento mis rodillas chocar contra el suelo y después todo se vuelve blanco...

5 comentarios:

  1. Denota la entrada un estilo ágil, nada torpe. Defecto más común de lo corriente. La entrada es en exceso breve, pero entiendo que éste es el formato que habéis adoptado.

    Mi enhorabuena. La historia tiene su gacho. Saludos.

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  2. Me alegra enormemente que estés leyendo el relato y que te esté gustando. Si bien las primeras entradas son muy breves, las siguientes son ya más extensas, aunque no mucho más. Seguramente al leer encuentres algunos fallos, ten en cuenta que no está revisado a conciencia. Aún así, apreciaremos cualquier comentario que tú o cualquier otro lector nos hagáis llegar.

    Un saludo.

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  3. mmmmm En la piel de un antidisturbios. Buen efecto. Me ha gustado esto de la lluvia de piedras, ha sido como estar ahí.

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  4. Gracias por tus comentarios, Igor. Espero que sigas leyendo y compartiendo tus impresiones :)

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  5. Me ha gustado el cambio de punto de vista respecto al primer capítulo. También este es muy fluido, pero el hecho de que se entre en acción le da un plus. Además la forma de introducir el estallido de la plaga me parece bien llevada, se sale del tópico "Yo iba paseando por ahí y me atacaron"

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